jueves, 15 de noviembre de 2018

USA ROAD TRIP - DAY 11



El Antelope Canyon es uno de los destinos más pintorescos de este viaje. La jornada promete, vamos a ello, pero no sin pasar antes por el Horseshoe Bend, un meandro muy cerrado con forma de herradura y altura descomunal, donde la gente se juega la vida de forma abdurda por un selfie, y al que para llegar hay que hacer una peregrinación como si del camino de Santiago se tratase, caminando entre una marea de turistas japoneses. Se echan en falta barandillas y por otro lado, parece que sobra esa fina y resbaladiza arena casi invisible que cubre el suelo de roca, y que hace que un tio cargado con su reflex y su trípode ruede por el suelo dando vueltas a tan solo un par de metros del borde del precipicio con el ángel de la guarda cogiendole de la mano y guiándole para que al resbalar caiga por el lado que hay suelo y no se despeñe por el otro. Su dignidad se hace pedazos por momentos mientras hace volteretas, pero logra salvar su cámara que sale sin un rasguño.
Otra parejita protagoniza una situación esperpéntica al asomarse la chica al borde del abismo inclinándose mientras su novio hábilmente cree poder contrarrestar el peso de ella sujetándola de la cintura de su pantalón de chándal.
Mientras disfrutas de la inmensidad del pasisaje es inevitable reflexionar sobre cuánta gente habrá perdido la vida de una forma tan absurda.
Nos vamos al Antelope Canyon donde el sol de Arizona resulta abrasador, pero una vez dentro de la grieta que da paso al estrecho recorrido entre paredes de arenisca, la temperatura cambia y resulta todo un espectaculo multicolor, y no puedes evitar que te vengan a la mente algunos de los fondos de pantalla de Windows. El sito es de cuento de hadas. La experiencia merece la pena, aqui las fotos son obligatorias!!
Pero no sería completa si alguien no violase varias leyes federales subiendose a las paredes del cañon antilope para hacerse una foto, hasta el punto que viene un tio con pinta de chicano sin dedos en las manos para llamarte la atencion y recordarte las cuantiosas multas y penas que te pueden caer, y piensas que igual se los han cortado en aplicación de esas leyes, pero no, resulta que el tipo es el guia navajo del otro grupo que llevas detras.
Hoy no acabamos ninguno en una prisión de Arizona, pero mejor no seguir tentando la suerte.
De camino a Williams hacemos recuento del dinero que nos queda, al ritmo del mismo country indigesto de siempre que suena en la única emisora que coge la radio del coche desde hace ya varios días. Antes nos hacia gracia, pero ya empieza a ser cargante. Por otro lado los cambios horarios siguen volviéndonos locos, pues cada vez que cambiamos de ciudad algunos relojes se nos actualizan automáticamente y otros no, y ya no sabemos cuál es la hora buena, y claro, teniendo en cuenta que aqui los restaurantes cierran a las nueve de la noche, hay que andar con ojo o no cenas.
Llegar a Flagstaff y Williams huele inevitablemente a la mítica Ruta 66, hay neón por todos lados y moteles de carretera en cada esquina.
Nos acomodamos en el hotel y toca recapitular sobre la jornada de hoy. El dia nos deja otras tantas cosas curiosas, como ver un barco varado en tierra y reconvertido en una pizzeria, contemplar carteles de campañas electorales de esos con foto sonriente de "vota a tu vecino fulanito para que sea Juez", presenciar una disputa territorial entre reptiles de Arizona, llevar el coche que parece una central eléctrica con manojos de cables por todos lados para cargar un arsenal de móviles y baterías simultáneamente, cenar en un bar donde tienen un coche americano antiguo dentro el salón cuando recordemos que fue ayer cuando cenamos en una gasolinera reconvertida, o llegar al hotel y no poder hacer la colada porque la lavadora está rota. Cosas que te deja el día...
Ver a Coral sacar su lado Mad Max el guerrero de la carretera, comer auténtica comida mexicana en Page, hacer coñas sobre Laidy Quintana o mirarte al espejo y estar como una langosta y con los labios a punto de mudar la piel de nuevo, son cosas que también tienen su gracia.
Mañana Grand Canyon, a ver cómo se da la cosa.

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