jueves, 15 de noviembre de 2018

USA ROAD TRIP - DAY 13



Encontrarse en medio de la Ruta 66 tiene sus cosas. El expreso de medianoche a su paso por Williams interrumpe nuestro descanso por segundo día consecutivo, con ese ensordecedor estruendo característico de sus bocinas. Pero compensa saber que tenemos al lado el famoso Cráter Barringer, o Meteor Carter.
La visita nos depara una de las mejores experiencias del día. Encontrarse en medio de semejante escenario, de sobra conocido por haber salido en alguna que otra película, no pasa muy a menudo, y además tenemos la suerte de recibir una nueva sesión de bronceado made in Arizona. Con esta ya van tres, y son más que suficientes, pero contemplar la inmensidad del cráter creado por el impacto de un enorme meteorito hace 50.000 años, merece la pena.
Una vez visto, continuamos por la Mother Road (Ruta 66) en dirección hacia L.A.
El privilegio de poder conducir por ese asfalto histórico de solo dos carriles que en el pasado fuera la única forma de desplazarse de Chicago hasta la Costa Oeste, es una experiencia que no tiene precio, y te hace retroceder en el tiempo, deleitándote con lugares míticos. Twin Arrows, Seligman, y otros enclaves son de visita obligada, como el Delgadillos Snowcap, con su colección de coches retro con ojos pintados que inspiraron la película de Cars, el Historic Seligman Sundries, con su avioneta estrellada en la fachada y aparcamiento lleno de coches históricos, o todas esas tiendas de merchandising sobre la Ruta 66, de recargada y colorida decoración tanto por dentro como por fuera.
Lejos de la existencia de esos sitios pintorescos, por lo que hemos visto hasta el momento de la Mother Road solo queda la sombra de lo que fue, pueblos practicamente deshabitados separados por grandes extensiones de praderas, que sobreviven a costa del turismo enlatado de chinos y japoneses, ansiosos por fotografiarlo todo y en busca del souvenir perfecto. Lugares donde se conservan viejas gasolineras abandonadas, y exhiben con orgullo coches oxidados y reliquias de un tiempo pasado.
Por el camino nos adelantan varios convoyes de trenes, todos ellos tirados por cuatro locomotoras que arrastran casi un centenar de vagones con contenedores apilados uno sobre otro.
Definitivamente el espíritu la Ruta 66 parece sobrevivir del recuerdo de lo que fue, pero te sorprende cuando menos te lo esperas.
Mañana haremos la parte que transcurre entre Kingman y Los Ángeles y tendremos una visión más completa.

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