jueves, 15 de noviembre de 2018

USA ROAD TRIP - DAY 17


Santa Bárbara rompe bastante con lo que llevamos visto en Los Ángeles durante estos dos últimos días. Pequeña localidad costera limpia y bien urbanizada.Todo parece cuidado y no se ve miseria. Tampoco es el lujo de Beverly Hills. Es una zona tranquila dedicada al turismo, donde no faltan las galerías de arte. Hay tiendas variadas con cierto buen gusto o clase, como la gente que se ve por la calle. Aquí no hay badulaques ni tiendas de mala catadura. Por el camino solo contamos cuatro sintecho. Está claro que esto no es Los Ángeles, ahí ya habríamos perdido la cuenta.
Llama también la atención que se respira cierto origen español de época colonial, se puede palpar en algunas construcciones que encontramos a nuestro paso.
La visita al edificio de los juzgados, construido a imagen de las antiguas misiones españolas, te hace sentir como en casa, es como encontrarte de turismo por la península visitando un edificio histórico. Recorriendo las estancias del juzgado nos colamos en la sala principal donde está teniendo lugar el enlace de una pareja, Tom y Rose, y así vemos una boda americana en directo. Les regalamos unos sonoros aplausos made in spain y al salir nos saludan y nos sentimos uno más. Anécdota del día.
La herencia española también se deja ver en los nombres de las calles: Carrillo, Gutiérrez, De La Guerra, Castillo, Chavez...
Hay que decir que además, en el Pier, ondean banderas españolas de época colonial. No falta entre ellas la de los tercios de flandes.
Tardamos un rato en verlas debido a la espesa niebla, le lleva unas horas disiparse por completo pero finalmente disfrutamos de las vistas.
Junto al Pier, grandes playas flanqueadas por larguísimas palmeras. Nos adentramos en el Pier y del fondo del espigón vemos salir un tío del agua trepando por una escalera, va empapado, en vaqueros y sin camiseta y lleva un puñado de mejillones en las manos. No entendemos nada. Llegamos a la conclusión que los ha arrancado de uno de los mástiles de madera, y se pone a abrirlos para sacarlos de sus conchas y usarlos como cebo para los peces. El fulano resulta que es un pescador, otro más de todos los que hay allí reunidos y se pone a repartir el cebo que le sobra con los demás. Ahí se queda con sus pantalones calados, empapado y sin camiseta, probando suerte con la caña.
Nosotros nos vamos que el hambre aprieta.
Comemos en el Sandbar donde la comida es buena y nos atienden muy bien. Retomamos la marcha hacia Solvang, pueblo evolucionado a partir de una colonia de daneses. Al llegar parece que estamos frente un espejismo, casitas de corte nórdico con molinos de viento y todo iluminado con ristras de luces: tejados, árboles, etc...
Da la sensación que hemos entrado en "Espectro", de Big Fish. No tiene nada que ver con lo que hemos visto hasta ahora. La decoración de Halloween tiene su encanto, todas las casas han colocado algo de decoración en la entrada. Nos hacemos una foto con un espantapájaros y el esqueleto de tamaño natural con frac y chistera que hay al lado, empieza a decir cosas y a castañetear los dientes. El pueblo es una chulada, limpio, gente normal... madre mía! Después del magnífico día que llevamos hoy, nuestra estancia en Los Ángeles los dos anteriores nos recuerda a haber vivido un capítulo de Walking Dead. Aún así fue algo épico.
Finalmente decidimos hacer noche en San Luís Obispo.
Mañana último día del viaje. Esto ya va tocando a su fin.

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